Las lecturas de los domingos y fiestas de Navidad

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Este tiempo litúrgico tiene la particularidad de que las fiestas principales no caen en domingo, sino en días concretos del calendario, como son la solemnidad de la Navidad (25 de diciembre), la solemnidad de la Epifanía del Señor (6 de enero) y la solemnidad de santa María, Madre de Dios (1 de enero).

En los domingos con que cuenta la Navidad se celebra la fiesta de la Sagrada Familia (primer domingo después de Navidad, cuando lo hay), el segundo domingo después de Navidad (entre Ano Nuevo y Epifanía, cuando lo hay) y el Bautismo del Señor, que es el domingo siguiente a la Epifanía.

En primer lugar, el día 25 de diciembre, la solemnidad de la Navidad, cuenta con cuatro misas: vigilia, noche, aurora y día. En la misa de vigilia propiamente no sale ningún texto navideño en sí mismo, sino que leemos las promesas de Dios y el anuncio del nacimiento del Hijo (que aún no ha nacido) por boca de Mateo. En la misa de la noche (la más popular, pero no la más importante, que es la del día) leemos el acontecimiento del nacimiento del Salvador en Belén de Judea por boca de Lucas, mientras que Isaías nos habla de que el pueblo que vive en la oscuridad ha visto una gran luz y la carta de san Pablo a Tito nos dice que el amor de Dios se ha revelado a todos los pueblos. En la misa de la aurora leemos la continuación al relato del nacimiento, o sea, la adoración de los pastores. Finalmente, en la misa del día leemos el prólogo del evangelio de san Juan, que afirma que “la Palabra se hizo carne y acampó entre nosotros”. En definitiva, nos habla de Cristo, eterno desde siempre, como Palabra y como Luz. Las otras lecturas nos hablan de la salvación de Dios, que nos ha hablado en la persona del Hijo.

La fiesta de la Sagrada Familia cuenta con los ciclos A, B y C. En el ciclo A, se nos habla de les relaciones familiares, las cuales tienen que ser buenas y movidas por el amor, mientras que el evangelio nos narra la huída de Egipto. En el ciclo B, la primera y la segunda lecturas nos hablan de la fe de Abrahán y de Sara, que tendrán un hijo, y el evangelio nos habla de la presentación de Jesús al templo en brazos de María y José. En el ciclo C sale en escena el nacimiento de Samuel, hombre consagrado al Señor, mientras que la segunda lectura nos habla que Dios nos reconoce como a hijos; finalmente, en el evangelio nos encontramos con el relato de Jesús, perdido y hallado en el templo.

En la solemnidad de santa María, Madre de Dios, la primera lectura es una preciosa bendición que el Señor manda a Moisés que haga Aarón y sus hijos, basada fundamentalmente en la promesa de la bendición del Señor y el don de la paz; por su parte, la segunda lectura es la carta de san Pablo a los Gálatas que nos habla de que Dios envió a su Hijo, nacido de una mujer. Finalmente, el evangelio nos narra la adoración de los pastores y la imposición del nombre de Jesús al Niño.

En el segundo domingo después de Navidad, la primera lectura nos habla de la sabiduría, refiriéndose claramente a Cristo, si bien sin mencionarlo, ya que nos encontramos en el Antiguo Testamento. La segunda lectura es una bendición a Dios, que nos ha concedido el don de ser hijos suyos. El evangelio vuelve a ser el prólogo de san Juan que ya hemos leído en la misa del día de Navidad.

La solemnidad de la Epifanía del Señor es la segunda gran fiesta del tiempo de Navidad. La primera lectura nos habla de la luz, que ha llegado a Jerusalén y brilla para todos los pueblos de la tierra. La segunda lectura nos habla, por boca de Pablo, de que el evangelio ha llegado a todos los pueblos. El evangelio, por su parte, nos narra la adoración de los sabios de Oriente al niño Jesús, ofreciéndole sus presentes: oro, incienso y mirra.

Finalmente, la fiesta del Bautismo del Señor cuenta con los ciclos A, B y C como en la fiesta de la Sagrada Familia. En el ciclo A nos encontramos con uno de los cantos del siervo de Yahvé de Isaías, un siervo bueno y fiel, mientras que la segunda lectura, de los Hechos de los Apóstoles, narra el discurso de Pedro en casa de Cornelio, confesando que Jesús ha resucitado, que nos envía el Espíritu Santo. El evangelio de este ciclo nos narra el bautismo de Jesús por boca de Mateo. En el ciclo B encontramos en la primera lectura de Isaías el elemento del agua, la gratuidad de los dones de Dios y la llamada a recibirlos. La segunda lectura, de san Juan, nos habla del Espíritu, del agua y de la sangre, los cuales dan testimonio de Jesús. Finalmente, el evangelio de Marcos nos narra la predicación de Juan Bautista y seguidamente el bautismo de Jesús. Y en el ciclo C, en la primera lectura, Isaías nos habla de la consolación de Dios hacia su pueblo y que aparecerá la gloria del Señor y todos la verán a la vez.