Los signos de la Pascua

314 Els signes de la PasquaEl cirio pascual

Uno de los elementos más simbólicos y representativos del tiempo de Pascua es el cirio pascual. Este cirio, a diferencia de los cirios convencionales, es un cirio muy grande y decorado. Simboliza el Cristo, muerto y resurrección, que nos da su luz, simbolizada con el fuego que bendecimos la noche solemnísima de Pascua, en la Vigilia Pascual.

Este cirio tiene una decoración propia, que es una cruz en medio; sobre la cruz la letra griega «alfa» y bajo la cruz la letra griega «omega», simbolizando que Cristo es el principio y el final de la historia. A la vez, sea al rededor de la cruz o cerca de la cruz, se colocan los números del año civil en el que estamos, simbolizando que Cristo es el Señor de los tiempos y de la historia y que tiene eternamente gloria y poder. Finalmente, es conveniente colocar en el cirio, en cada extremo y en el centro de la cruz, cinco granos de incienso, simbolizando las cinco heridas de Cristo en la cruz. Este signo, aunque parezca sádico, es muy importante y nada secundario, ya que representa que le Cristo resucitado que el cirio pascual simboliza es el mismo que murió en la cruz y por eso se colocan los granos de incienso. Es la plenitud del Misterio Pascual: muerto y resurrección de Jesús.

También el cirio pascual también tiene otra significación: cuando entramos en la iglesia a oscuras la noche de Pascua con claridad sola del cirio pascual y el humo de el incienso, recordamos el paso del pueblo de Israel por el desierto, camino de la tierra prometida, ya que el libro del Éxodo nos recuerda que de día el pueblo era protegido por una columna de nuve (el humo del incienso) y de noche una columna de fuego (el cirio pascual). Somos el nuevo pueblo de Israel, el pueblo de Dios, que camina hacia la resurrección del Señor, hacia el Misterio Pascual, para que nuestra vida quede configurada por el bautismo a Jesucristo, muerto y resucitado, para que tengamos vida.

Otra consideración a añadir es que el pregón pascual que cantan o proclaman es una alabanza en esta noche santísima y el cirio, elaborado con la cera de las abejas. Por tanto, es importante que el cirio pascual sea elaborado con cera y no hagamos servir un cirio pascual de plástico que ilumina con cera líquida, ya que se pierde totalmente el sentido que tiene el cirio pascual, representando la luz de Cristo resucitado a partir de la cera, que la creación nos da.

Finalmente, decir que el cirio pascual estará situado durante todo el tiempo pascual hasta Pentecostés al lado del ambón, a diferencia de las celebraciones exequiales, que estará situado a los pies del féretro del difunto. El día de Pentecostés se apaga el cirio, dando así por acabado el tiempo pascual. Entonces, solo se utilizará en el sacramento del bautismo y en las celebraciones exequiales.

Las flores

Otro elemento importante a tener en cuenta en el tiempo pascual son las flores, que tienen que decorar bien sobre todo el presbiterio y el bautismo del templo. La abundancia de flores por pascua es importante para que simbolice la vida, la alegría, el gozo de la resurrección de Jesús y la nueva vida que él mismo nos comunica. Es muy recomendable que durante la cincuentena pascual abunden las flores en el templo: batisterio, altar, ambón, cirio pascual, etc. Se tiene que velar para que se mantengan en buen estado y, si se marchitan, cambiarlas.

La plantas seria mejor dejarlas para el tiempo ordinario y así ayudar con pedagogía a distinguir los tiempos litúrgicos con estos signos externos.

Las luces

Es importante, también, en este tiempo litúrgico de la Pascua que abunde la luz en el templo: la luz de los cirios, la blancura de los ornamentos… todo nos tiene que llevar a contemplar que la Pascua es a la vez luz para todo el mundo.

El canto del aleluya

El canto propio de la Pascua es, sin duda, el aleluya, que en hebreo significa «alaba al Señor». A pesar que lo cantemos durante la mayoría de los tiempos litúrgicos –excepto la Cuaresma–, es un canto puramente pascual, ya que en un inicio solo se cantaba el domingo de resurrección, si bien más tarde se empezará a cantar durante los cincuenta días de Pascua. Durante la Cuaresma sabemos que no se canta y es por eso que en la Vigilia Pascual, como nos dice el Misal Romano, el aleluya lo entona el presidente de la celebración tres veces y el pueblo responde. Es muy recomendable que durante la cincuentena pascual cantan un aleluya muy solemne y festivo, que sea diferente a los que cantamos durante el resto del año litúrgico, para simbolizar la gran importancia del tiempo de Pascua.